El viaje puede comenzar temprano. Si no viaja en carro, o con transporte organizado por una agencia de viajes, usted tendrá la opción de viajar en una van, que pasa por la orilla de la playa de la ciudad brasileña de Fortaleza, que hace esa ruta buscando turistas a las 7am. Todos a bordo, serán cerca de 300 kilómetros rumbo a la playa de Jericoacoara, para sus apasionados conocidas apenas como Jeri, electa en Diciembre por Tripadvisor, como el mejor destino en crecimiento en América Latina y considerada una de las playas más bellas del mundo.
Esta pequeña área del litoral de la costa oeste del estado de Ceará, antes apenas una villa de pescadores, tiene cinco calles principales, todas de arena. Un balneario, que hasta el inicio de la década de los 90 no tenía luz eléctrica. Pero que con su belleza natural y un aire de sofisticación rústica, está creando un nuevo nicho, el de lujo. Fiestas por hasta R$1.500 reales y hoteles de alto nivel son algunas de las señales.
Ubicada dentro del Parque Nacional Jericoacoara, Jeri también es conocida como el paraíso, por estar entre dunas, mar, esculturas rocosas y lagunas, que por cierto son más atractivas que el propio mar. Otra observación justa: el clima relajado, la presencia constante del sol, el ritmo del forrozinho, género musical local, y la buena culinaria también ayudan para justificar ese título.
Por ahora para llegar a Jijoca de Jericoacoara, el municipio donde están la playa y el parque nacional, son necesarias más de cuatro horas de carretera. Los paisajes se intercalan entre el mar con palmeras verdes, y los tonos marrones de algunas ramas secas, que ocasionalmente aparecen.
Llegando allá, para atravesar el escenario blanco e infinito de las dunas y alcanzar el balneario, se cambia el carro o la van por los buggies, vehículos más apropiados para recorrer por las dunas. Otra opción es ir por la carretera hasta el pueblo, desde la playa de Preá o por el litoral. Mientras llegan los vuelos regulares (previstos para el mes de abril), no comienzan, el balneario recibe helicópteros y aviones particulares o vuelos charter.
Hasta hace dos años, el transito de carros en la villa no era permitido. Actualmente ya existen carros circulando, pero se limitan a los utilizados por el sector turístico. Por cierto, quien venga en carro propio, que debe ser un 4x4, deberá dejarlo en Jijoca o en la entrada del pueblo.
Diferentes idiomas se escuchan por las calles
Cuando fue descubierta por el turismo, Jeri pasó a ser integrada por nuevos personajes: paulistas, mineros, goianos, cariocas, franceses, Italianos, belgas y alemanes, colocaron este destino en la ruta, y también algunos en sus vidas: algunos decidieron quedarse allá.
Asi, tan común como el hipnotizante atardecer en las dunas de Jericoacoara, son las historias de quien fue, le encantó y se quedó para siempre. Al caminar por la pequeña ciudad escuchando los más diferentes idiomas y acentos y la influencia de tantas culturas.
Fuente: Diario O Globo